Página del cómic | Capítulo 4 | Página 8

Transcripción
Durante la duración del relato, el formato de las páginas cambia, componiendose del texto de la narración acompañado de una imagen en un estilo que evoca la fábula y la fantasía, en un ambiente teñido por tonos verdes y rojos.
Hay 3 paneles.
PANEL 1: “Ya nadie recuerda cuánto tiempo pasó desde que el miedo se apoderó del sol y lo hizo esconderse. Solo una leve luz rojiza y unos reflejos verdosos lograban permear las nubes, cubriéndolo todo en un manto antinatural. El viento también guardaba silencio, quieto, sin que nadie sepa de dónde venía ni adónde iba, o siquiera si allí estaba o se había ido para no volver”. La imagen devela un bosque un tanto lúgubre, de árboles delgados y alargados, con muchas ramas flacas y bastante peladas. Sobre una de las ramas se encuentra posado un pájaro.
PANEL 2: “El pueblo se reunió aterrado y con frío frente a la casa del alcalde, como ovejas esperando a que venga el lobo. Sus casas ya no se sentían seguras. El ganado estaba desapareciendo, no dejando rastro ni de sus huesos. Algo los espiaba desde el bosque, impaciente por que se descuiden, ansioso por entrar en acción. Todos habían vivido algo que no les permitía dormir en esta eterna noche de nunca acabar”. La imagen muestra una casa de techo de tejas sostenido por columnas de madera, con las puertas y ventanas cerradas. Frente a esta están parados los pueblerinos, que se miran entre sí, preocupados.
PANEL 3: “El alcalde salió de su hogar y se refirió a su gente, quienes lo miraban expectantes. Detrás del alcalde salió un hombre de manos grandes y espalda fuerte, un hombre que no tenía miedo en sus ojos, un hombre al que no le temblaban las manos. Se trataba de Loch, el cazador del pueblo, el mejor arquero que han conocido los bosques”. En la imagen, sale el alcalde; un hombrecito de traje, calvo y añoso, de barba larga y lentes oscuros. El alcalde presenta públicamente a Loch, el gigante cazador. El hombre le saca unas buenas tres cabezas de altura y también es bastante corpulento a lo ancho. Tiene el pelo negro, largo y lacio. Sus pobladísimas cejas ocultan la mirada y comparten el rostro con un frondoso bigote. Viste una camisa con un chaleco oscuro, atravesado por la correa de su carcaj, del cual asoman las flechas por detrás. En la mano sostiene su arco. La gente del pueblo reunida frente a ellos observa atentamente.